Toda publicación la hago después de la introducción de
"A Güemes, con otra mirada afectiva".
Barrio Güemes, moderno con huellas del pasado. Hay mucho que decir y mucho que contar, con el aporte del El Libro callejero de Pueblo Nuevo, carteles que recuerdan hechos, personajes de carne y hueso y fantasmas que fueron protagonistas de este pintoresco barrio.
Mi aporte fue sacar fotos de los carteles en mis paseos que hago por el barrio y así surgió el hacerlo en forma de blogger, a través de mis fotos y bibliografía de consulta ir sumando más información del barrio.
Donde se nota el paso el paso del tiempo, de lo que fue, lo que es y de las huellas de nuestros pasos a través del tiempo, donde queda una parte de ella, reflejado en sus calles y edificios. Quiero mostrar las historias de vida de ciertos personajes que transitaron sus calles, que lo supe por parte por su gente y otra por los carteles y buscando su historia o leyendas populares, allá y hace tiempo.
Y será oportunidad para recordar y escribir de aquella historia y de sus personajes que hicieron y dejaron tales como la Pelada de La Cañada, "el Chancho" Benedicto, La Gallina Gigante, el Cabeza Colorada, el Farol, o sucesos que marcaron el barrio.
También quiero decir y agregar que los límites sobrepasan, porque hay lugares donde las leyendas y personajes que hicieron al barrio más allá del El Abrojal, Pueblo Nuevo y hoy Barrio Güemes que en un tiempo fue más extenso.
Casa de Martiniano Cordero
El Cabeza Y Gardel:
Cuando Gardel venía a Córdoba, paraba en el lujoso y ya desaparecido Bristol Hotel (que estaba en calles 9 de Julio y Rivera Indarte), y después de actuar en el centro de la docta, se trasladaba en tranvía hasta El Abrojal, a la mismísima casa del Cabeza Colorada, donde lo esperaba junto con Ciriaco y otros artistas y personajes de localía cordobesa, un jugoso y bien regado asado (tan criollo como El Zorzal) para compartir entre los amigos.
Suponemos, que Carlos Gardel no llegaba a El Abrojal vestido de smoking, precisamente.
Muchos cordobeses recuerdan esta anécdota: en una ocasión El Cabeza cantó en presencia de Gardel, y al finalizar su actuación, El Zorzal lo felicitó por la forma de interpretar el tango, a lo que El Cabeza Colorada respondió: Gracias don Carlos, usted tampoco desentona.
La Casa de los Gastón
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